El libro de los Siniguales y del único Sinigual, María Rosa Lojo. Adriana Santa Cruz





"Una alianza especial para un libro y una historia que también son especiales. El mundo mágico de criaturas que viven a nuestro alrededor y que no vemos. Pero están ahí. Existen. Diminutas criaturas a las que la novelista (María Rosa) da vida y la artista plástica (Leonor) da forma."


Adriana Santa Cruz

Los libros a veces nos impactan primero desde lo visual, y esto ocurre con el de María Rosa Lojo, una bellísima historia que está acompañada de las imágenes de Leonor Beuter, su hija.

El libro de las Siniguales y del único Sinigual –cuya primera edición se publicó en idioma gallego– podría parecer un libro para chicos; sin embargo es de esos relatos que pueden leerse a cualquier edad porque se emparentan con el mito, con su universalidad y atemporalidad. La protagonista, Isolina, ya anciana, sueña con volver a encontrar a las Siniguales, seres del viento, femeninos, con largas cabelleras, que aman la nieve y que han sobrevivido a lo largo del tiempo. No son hadas, ni brujas, de noche duermen en los costureros y de día se escurren buscando el aire libre. Hasta acá, el de Lojo semeja un cuento infantil, sin embargo, toda la historia tiene una dimensión simbólica que la transforma en un libro que cualquier lector disfruta desde las primeras palabras.

Por un lado, la búsqueda de Isolina representa ese ir siempre detrás de nuestro deseo; por otro, la resistencia de las Siniguales “en un mundo tan cruel y lleno de riesgos” y la presencia de lo mágico nos sumergen en una atmósfera poética y por momentos onírica, en un mundo fantástico que se inserta en el nuestro y cuyos habitantes conviven con nosotros a pesar de que no notemos su presencia.

Cada tanto los adultos también necesitamos historias como esta que nos conecten con el niño que tenemos oculto por el peso de la realidad.

Ficha técnica

El libro de las Siniguales y del único Sinigual, María Rosa Lojo; imágenes de Leonor Beuter, Mar Maior, 2016


Fuente: Leedor

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