Visiones de un inmigrante, las sombras espejo de Jimmy Page. Alejandro Leibowich



Jimmy Page

A Vera por haberme dado a leer una muy buena novela

Alejandro Leibowich

Sabés, con el paso del tiempo el pasado se vuelve demasiado difuso en ocasiones. Casi que se te escurre como gotas de agua entre los dedos.
Necesito ciertas “chinches” para clavar los recuerdos en mi vieja pizarra de corcho, o tal vez pintar un gran mural. O pintar todo el castillo y vaya castillo. Sólo no quiero sentir ese vacío que a veces me ahoga, como si el aire que respiro estuviese falsificado. A veces me siento como un náufrago de tierra, un inmigrante.
En la otra habitación descansa mi esposa. Ella es joven, y es muy bello verla descansar ahí, respirando una luz tenue, ella fabrica calma. El tinte más bello, ella lo toma en invierno, cuando el frío me calcina los huesos.
Hace unos minutos me observé en el espejo de uno de los vestíbulos, diablos ¡qué viejo estoy! ¿Tendré el destino en este mundo? Cada una de mis arrugas podría narrar una historia y tengo muchas arrugas. Dicen que los espejos con marco de bronce, tienen el don de transportarte a gratos tiempos. El truco consistiría en quedarte observando tu propio reflejo por unos minutos, y si es posible beber antes una poción. ¿Pasará como con Narciso y quedaré atrapado?, ¿o seré un condenado del futuro como Macbeth? No, no, ¡esto es un marco de bronce! Dicen que las guitarras con trastes de oro tienen el poder de sonar como Jimmy Page. Al menos eso grita el anuncio que me retrata desde una revista, ¿estoy con una Gibson? ¡Qué serio que parezco!
Y esto es un castillo, perteneció a Aleister Crowley “el hombre más perverso de Inglaterra”. Por ahí tengo tirado “Golden Down”, ¿o tal vez sobre la mesa?
Fue amigo de Churchill, luego Winston se alejó asqueado. Dicen que es quien le aconsejó el saludo de la “v” de la victoria, basado en preceptos de la quiromancia. Sabía dónde estaba representado el corazón, por lo tanto la estima del pueblo.
Mago y satanista, profeta de la perdición. Se hundía en la dama blanca. Tal vez las cosas que nos asemejan, se nos acercan y se nos pegan como imanes.
Sin embargo eso no me da una sensación de “pertenencia” a algo. Tal vez me parezca a esas heladeras que están repletas de publicidades imantadas. Soy un reflejo y soy tu reflejo. Recuerdo una charla con Bonham y creo sentir una lágrima en una de mis mejillas. Quiromancia…
-¡Oye John!, siempre sé lo que estás pensando, hay algo magnético cuando ensayamos.
-¿Y la canción siempre te recuerda lo mismo?- escucho una voz muy lejana
-¡Exactamente! ¡La canción siempre me recuerda lo mismo!
-Sabés, podría leer cada uno de tus pensamientos, como puedo leer la palma de mi mano- yo decía riendo, tosiendo y bostezando al mismo tiempo
-Te voy a hacer escuchar este riff que vengo probando hace rato, se repite como ostinato. -Todo esto no parece muy complejo en realidad, y no creo que cambie mucho. Esto va a tener mucho poder, sólo faltaría la voz de Robert- agregué y creo que esbocé una sonrisa silenciosa
Empecé a moverme un poco por el diapasón, en eso vino Robert y le di algunas sugerencias, mientras Paul permanecía mudo y señalando “Golden Down” que estaba tirado entre los cables, ahí en el piso.
-Voy a escribir una letra- dijo Robert
-¿No somos demasiado crípticos a veces?- dijo Paul
-Todo depende del contexto, somos símbolos. Juntos significamos una cosa, y separados significamos muchas cosas.- creo haber dicho
-En el contexto- dijo Paul
-Soy un inmigrante- dije yo alguna vez
-Ya tengo el título de la canción dijo Robert- tal vez repasando mezquinamente “Golden Down”
-¿Vamos en la 430, no?- dijo Paul
-Y sí, expresar lo pesado, necesita de atmósferas pesadas. Como cuchillo de contraste usamos la voz aguda de Robert- creo haber dicho
Y yo con estos todo recuerdos, esta todo nada. Rodando desesperado por los pisos del maldito castillo, perdido con la dama blanca. Acá está lleno de esculturas grises, y mensajes que cada vez significan otra cosa. Las paredes se llenan de sangre, pierdo mi yo en una extraña poción dionisíaca.
Este lugar tiene hasta un oscuro cementerio, ¿sabés? No es muy grande, guarda las cáscaras vacías de entes que alguna vez tuvieron apariencia humana.
-¿Sabías que Mussolini expulsó a Crowley de Italia?- dijo Paul
-Sí, el tipo era alpinista y pasaba mucho tiempo en los Alpes suizos- creo que contesté
-Siempre intentando elevarse, aunque seguramente tenía el alma en los peores círculos del averno- dijo Paul
-Eso parece una divina comedia- creo haber dicho 
-¡Entre las furias! Dijo John atacando con furia de golpes de antebrazo el redoblante, desde muy lejos.
¿Estoy solo? ¿ Estoy con mi familia? Tengo esposa, sin embargo me siento prisionero y a la vez inmigrante.
El instante corrompió la materia, ¿porque la volvía humana, pasada?, ¿presente?, ¿futura?
Dicen que los espejos con marco de bronce, tienen el poder de transportar a la gente a gratos tiempos. Ahora, o futuro. Mi esposa no es Lady Macbeth, eso creo, y hace unos minutos me observé en uno de los espejos del vestíbulo. Cuántas arrugas, cuánta elocuencia siniestra.












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