Introducción a "Tata Dios" de Juan Basterra. Alejandro Leibowich


"Tata Dios". Juan Basterra

Alejandro Leibowich

Introducción a “Tata Dios”
Impresiones I
Crear un personaje, te condiciona en cierta forma, y te subyuga a una construcción, que estará habitada inevitablemente por el autor. Más aún, si el personaje creado, es una representación contemporánea de alguien que existió. Hay un “apoderamiento” de su psiquis, cuerpo y alma. Sus hábitos y costumbres. Hay una semiología propia. Y el mismo autor, habitará también al grupo de personajes relacionados. Las condiciones, los móviles, las bajezas humanas, las virtudes corroídas. La historia y el contexto. El desconocer y transmitir culturas foráneas, transplantando iconoclastías nuevas, producto de otra perspectiva sociocultural y geográfica, es la modulación libre del autor. Y en cierta forma tal vez remita a los compositores neobarrocos, que creen componer “como Bach”. Es un ejemplo válido, ya que para el estudioso o el conocedor de material similar, bastan dos notas, un silencio o ligadura, para descubrir que la obra no es del 1600, aunque se entregue en amarillento y carcomido papel antiguo. Simplificando desde la literatura, un arqueólogo de la historia es un poco un “Pierre Menard” de un personaje, lo recrea por lo tanto lo reescribe, todo va a ser distinto. Además, de como bien decía Umberto Eco, y a veces podría ser interpretado de manera maliciosa: “siempre hay un riesgo de enamoramiento del objeto de estudio”. El autor lo sabe y por madurez intelectual y emocional, se responsabiliza de las posibles consecuencias ulteriores. “La verdad -en la mayoría de los casos- tiene una vida breve, eso lo sabemos muy bien. Las impresiones contrarias, los diferentes intereses puestos en juego, la falta de exactitud en el juicio, la dificultad en la transmisión de cualquier hecho general o cualquier detalle -en el caso particular que nos toca-. [...] conspiran para que esto suceda de esta manera y no de otra.[...] Rescatar un hecho tan lejano en la plenitud de la verdad, es una tarea imposible, entonces.”

Juan Basterra nos presenta un “Mesías”: “Gerónimo Saloné fue su nombre. Para muchos fue sobre todo el ‘Tata Dios’ o ‘San Gerónimo’. Para otros un vago, un ladrón y un charlatán.” Él mismo tenía apóstoles, con su cabecilla Jacinto Pérez, “el adivino” o “San Jacinto”. Con nombre propio eran a la vez una extensión de su dialéctica mental y mano de obra en sus cuestiones teleológicas. Porque “Son los degollados, chuceados y arcabuceados de Tandil. Una historia merece ser contada”.

“El mundo es mi representación: ésta es la verdad que vale para todo ser viviente y cognoscente, aunque sólo el hombre puede llevarla a la conciencia reflexiva abstracta: y cuando lo hace realmente, surge en él la reflexión filosófica. Entonces le resulta claro y cierto que no conoce ningún sol ni ninguna tierra, sino solamente un ojo que ve el sol, una mano que siente la tierra; que el mundo que le rodea no existe más que como representación, es decir, sólo en relación con otro ser, el representante, que es él mismo. -Si alguna verdad a priori puede enunciarse, es ésta: pues ella constituye la expresión de aquella forma de toda experiencia posible e imaginable, forma que es más general que cualquier otra, más que el tiempo, el espacio y la causalidad: porque todas estas suponen ya aquella; y si cada una de estas formas que nosotros hemos conocido como otras tantas configuraciones especiales del principio de razón vale sólo para una clase especial de representaciones, la división en sujeto y objeto es, por el contrario, la forma común de todas aquellas clases; es aquella forma sólo bajo la cual es en general posible y pensable alguna representación de cualquier clase, abstracta o intuitiva, pura o empírica. Ninguna verdad es, pues, más cierta, más independiente de todas las demás y menos necesitada de demostración que ésta: que todo lo que existe para el conocimiento, o sea, todo este mundo, es solamente objeto en referencia a un sujeto, intuición de alguien que intuye; en una palabra, representación.”

Arthur Schopenhauer

Impresiones II
El mundo, su violencia y azar de ejecuciones y finitudes eran figurados por Schopenhauer como "un destino que afila sus cuchillos, eligiendo al 'azar' y seleccionando a su próxima víctima”. Creo en una afinidad emocional y de empatía entre el autor tan admirado por Wagner (aunque no correspondido) y Juan Basterra. El primero cursó estudios de medicina, el segundo es profesor de biología. Se sumergieron en el mundo de las letras (que incluye en ambos casos el del pensamiento y los cuestionamientos histórico-sociológico-culturales). Entiéndase desde distintas perspectivas ¿qué puede llegar a ser una nación? ¿Y qué la gestaría e indicaría un ADN propio?

Génesis
A.L.-En la antigüedad Plutarco, cuando desarrollaba su “Vidas paralelas”, no pretendía tanto escribir historias como explorar la influencia del carácter, fuera éste bueno o malo, sobre las vidas y los destinos de los hombres famosos. Emil Ludwig está considerado el creador de la biografía novelada moderna. He leído de él por ejemplo “Beethoven” y “Coloquios con Mussolini”. El último basado en un trato directo con el dictador italiano. El punto máximo de este desarrollo estilístico creo que llega con Stefan Zweig. Mi obra preferida de él es “La curación por el espíritu”, que analiza lo que sería la sugestión desde Mesmer a Freud, entre otras cosas. Pero actualmente hablar de historia y novela como géneros se presenta de otro modo: “este es un libro de ficción”. Por lo tanto, ¿qué es para vos gestar un personaje histórico. Construirlo, y darle las partes del todo que no llegaron hasta nosotros, sin mitificar la sombra que proyecta?

J.B.-En el campo de las aspiraciones, la construcción de un personaje debería tratar de evitar toda pretensión de mitificación. El problema radica en la misma subjetividad del autor, que es la que lo ha llevado a elegir la historia que narra y los personajes que forman parte de la misma. En el caso particular del personaje principal de mi novela, ese problema se sobredimensiona por las mismas singularidades de los episodios en los que actúa y de los que forma parte principal, y los relatos escritos y orales que han sobrevivido a la misma existencia terrena del ser que los ha precedido. Pensemos que el Gerónimo Solané histórico –utilicemos esta expresión no del todo feliz-, vivió su lapso temporal muchos años antes que el fantasma que lo continua en el libro. Eso, sumado a las características mesiánicas de su discurso y sus acciones, la época convulsionada de la que formó parte, el terrible destino final de sus víctimas y de su propio cuerpo, y porque no decirlo, el romanticismo innato del autor, conspiran para que esa construcción a la que hacés referencia en la pregunta, deba, necesariamente, y aunque la pretensión de objetividad trate de actuar como un correctivo, estar teñida de mitificación.

Dialéctica de semántica
Impresiones III
La escritura y sobre todo la lectura involucra una “tecnología primitiva” de reconstrucción desde el lenguaje en la mente de imágenes, climas, personajes, historia, destinos… La vivencia personal y los recuerdos propios por lo tanto son condicionantes. Se hace un camino inverso por ejemplo al de ver cine donde la vista es el sentido primero de contacto con la “realidad”, con una realidad. El cine desde el pensamiento no puede ser más aristotélico.

A.L.-¿Qué entendés desde lo contemporáneo, que podría denominarse la gauchesca? ¿Cómo crees que fueron evolucionando las instituciones sociales, tanto civiles como militares? ¿Qué se entendería hoy por lo que fue un gaucho en ese tiempo pretérito?

J.B.-Para un hombre a caballo entre los siglos XX y XXI, la gauchesca es un género literario y un conjunto de nociones que nacen y se desarrollan desde los primeros años de vida. Este nacimiento y este desarrollo de los que hablo, se vieron alentados por algunos episodios de la historia familiar, por mi formación escolar, y por las menciones al tan mentado “culto del coraje”, que en casa, eran moneda corriente, y en algunos casos, sobrevaloradas. Para un niño de ocho años, con una imaginación sobresaltada y en alerta (las ilustraciones de “El gaucho Martin Fierro” realizados por Juan Carlos Castagnino, y que cubrían algunas de las paredes del living de nuestra casa de familia, fueron motivos permanentes en mis desvelos y pesadillas nocturnas) estas “ocasiones” fueron suficientes para configurar una idea de “lo gaucho”, y un conjunto de nociones relacionadas a la misma. Esto, claro está, se vincula con el conocimiento intuitivo de los arquetipos; los desarrollos formales vienen mucho tiempo después. La evolución de las instituciones civiles y militares a la que haces alusión en tu pregunta, la percepción de la misma, se relacionan a un tipo de conocimiento más abstracto que las nociones mencionadas más arriba, y por supuesto, encuentran lugar en mi libro, como necesariamente, una imagen del gaucho mismo, desde nuestra contemporaneidad.



A.L.-¿Cómo ves al actual hombre de campo, que fue ya influido, y asimiló todo lo multicultural? Además de consolidar una figura de pluralidad desarrollada, y que engañosamente se puede entender como de “vida simple”. Ya que tienen códigos muy personales y particulares que sólo ellos entienden, y por cierto, en la ciudad suelen ser ajenos. ¿Se podría decir que la evolución se adapta al medio? ¿O es el medio el que es forzado a adaptarse a la misma?

J.B.-Mi imagen del hombre de campo sigue siendo la misma que tuve de niño, y es, supongo, una sobrevivencia romántica: un ser monolítico, con un conjunto de destrezas y hábitos casi misteriosos, y un “culto del coraje” sobreviviente a cualquier tipo de contingencia. En relación a la segunda parte de la pregunta, y como darwinista convencido, considero que los cambios que se operaron en su tipo de vida, respondieron a una adaptación necesaria a los cambios en el entorno.

Saloné, el pensamiento mágico y la ciencia
A.L.-Saloné llega a un Tandil que estaba atemorizado por las noticias que venían de Buenos Aires. Se hablaba del “vómito negro”, Como un autor con formación biológica, aunque abordes temas históricos, ¿cómo crees que influye tu preparación universitaria?

J.B.-Espero que de manera positiva o bienhechora, desearía eso.

Trato de dotar de rigurosidad a todo lo que escribo. Supongo que es un tipo de sobrevivencia de mis años como estudiante y profesor. Al respecto, siempre recuerdo con cariño las enseñanzas de un viejo profesor de Ecología, alemán, y schopenhauriano convencido, que repetía incansablemente: “En la Naturaleza sólo existen los hechos, no así, las posibilidades. El individuo encarnado en el renacuajo del que estudiamos las características, es, el mismo, con todas sus contingencias, y nunca pudo haber sido otro. Recuérdelo, Basterra, cuando se queje de su suerte. Y nunca deje de hablar con precisión, eso es lo que nos diferencia del vulgus”.

Impresiones IV
”Llegados al pie del cerro ‘la movediza’, hombres y mujeres depositaban en ofrenda pañuelos, estampitas, rosarios y velas ardientes antes de realizar rezos y emprender el regreso.

La piedra, de todas maneras, había estado siempre en la imaginación de los pobladores de la zona. Se le atribuían virtudes curativas y relaciones particulares con todo tipo de santos intercesores, que variaban de acuerdo a los diferentes intereses de los crédulos de turno.” Desde los cultos ancestrales de los indios en toda América, se podría decir que se cohabitaba y se cohabita con elementos “mágicos”. Esta tradición, inherente del desarrollo social y cultural, es sin embargo subyacente, y tiene un aspecto metafísico. No se “aprende”, ni se puede “aprehender”. Y está presente en toda la cultura de lo que fue alguna vez el “Nuevo mundo”. Suelen sostener que tiene un carácter “prerracional”, pero está ahí, es tan presente como la idea del “Dios inmanente” que funda la teología. Podemos hallar el culto a la “Madre tierra”, en el Norte, por ejemplo en la obra de Lovecraft. También en la gestación de lo denominado como “realismo mágico” de García Márquez, que por cierto efectiviza la influencia de Faulkner. En los “Santos difuntos” mexicanos o brasileros. Se suele olvidar de aclarar todo un folklore que también llegó del África en barcos, junto con lo europeo, pero en condiciones infrahumanas, y produjo el enraizamiento complejo que definió la plural complejidad que hoy somos.

Épica del lenguaje y sangre
A.L.-Con el lenguaje, viviéndolo, hay un “culto heroico” y una “épica” que se hace exponencial con su reiteración, que viene de raigambre europea. Con sólidos cimientos que se pueden rastrear por ejemplo en Homero, Virgilio y el “poder de la presencia de los césares”. Para el idioma español, Cervantes, nos legó un Quijote, que cuando accedemos a él y queremos su semántica, debemos “reinterpretar” palabras que no están en el diccionario. En la nueva dialéctica de los símbolos, las místicas, las nuevas coordenadas y la reexposición idiomática. En los ritmos, cadencias y en la poesía, que también “cantaba” sangre. Hay todo un replanteamiento en la forma de interpelación de la realidad cotidiana. Por ejemplo, citás a Hilario Ascasubi y sus versos mazorqueros. Como también a Estanislao del Campo: “Si es hombre trabajador, /Ande quiera gana pan: /Para eso con uste van Bolas, lazo y maniador.” Desde tus trabajos anteriores, como “La cabeza de Ramirez”, ¿cómo es aprender, educarse y pensar lo que a manera de “cementerio de palabras” al decir de Cortázar, podría interpretarse como un glosario del pasado. Aunque la lengua está viva, muta, se adapta, y tiene diferentes alturas. Porque literalmente cuando hablamos, cantamos, con un rango “restringido”, pero eso hacemos.

J.B:-Es muy interesante lo que exponés, porque está estrechamente vinculado a un conjunto de consideraciones a las que me sometí cuando escribí las dos novelas. El tema de los “anacronismos”, por ejemplo, o el de la libertad en el acto literario. ¿Importan? ¿Son sustanciales en el desarrollo de la obra? Pensemos por ejemplo en Robert Graves y su método analéptico, aquel que “trata de recuperar instintivamente hechos olvidados mediante una deliberada suspensión del tiempo”. Este método, como cualquier otro, no es otra cosa que una decisión que el autor toma frente al objeto elegido, y por lo tanto, plenamente arbitraria. Lo mismo sucede con las formas del lenguaje elegidas para la escritura de la obra. La verdad siempre será una noción de valor relativo, y en esto, deberíamos recordar a Pilatos cuando en el “Evangelio de Juan, 18:38”, pregunta a Jesus: “¿Qué es la verdad?"


Los apóstoles de Tata Dios


El poder de la sugestión
Impresiones V
El mensaje es el mismo emisor. Lo sabe un médico alópata, lo sabe un chamán, un actor formado por método Stanislavski o un chauvinista, por mencionar algunos ejemplos. Ejemplos que no son casuales si vamos a la figura de Solané.

“La estatura de Pérez hizo que su cabeza quedase a pocos centímetros de los hombros de Solané.

-Señor, escúchame y santifica esta agua creada por ti, para que los bautizados en ella sean purificados del pecado y renazcan a la vida de hijos adoptivos de Dios. Santifica esta agua creada por ti, para los que tú has elegido renazcan por medio del Espíritu Santo y se incorporen a tu pueblo santo -Solané sumergió las manos en el agua-. Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.”

Quien mencionaba a la sagrada trinidad, usaba al mismo tiempo el recurso de la sugestión, potenciada por una gran influencia de personalidad. Desde las proyectivas de cura religiosa y/o espiritual más reciente nos podemos topar con Mesmer, que pronto se dio cuenta que sus imanes no tenían una función real. Y llegamos a Freud en una versión “laica” que resulta en el psicoanálisis y el nacimiento de la psicología moderna: “yo curo por la palabra”. Sin embargo, siempre hay condicionamientos, y el mismo apellido Solané estaba condicionado por una jerga de fonética, que no era casual, ni inocente.

Rosas y/o Sarmiento.
Impresiones VI
El capítulo 15 de “Tata Dios” me parece muy interesante ya que en una síntesis prodigiosa muestra un intercambio de opiniones entre Juan Adolfo Figueroa, el juez de paz y coronel Benito Machado, más otros tópicos. Si “anulásemos” la individualidad de los mismos y aplicásemos un “contínuo” unipersonal estaríamos frente a la contradicción nacional. Sea acontecida en 1871, relacionada con “La Rufina”, o en 2019 en este aciago aniversario y en el lugar donde estemos ahora, ya que si miramos el almanaque estamos prácticamente coincidiendo de manera inesperada en las fechas de lo que se detonó.


Matanza, slaughter, tuer
Impresiones VII
Cito el encabezado de la contratapa del libro.”Tandil, Buenos Aires, 1 de enero de 1872. Un grupo de aproximadamente cincuenta gauchos, armados con sables, carabinas y lanzas caseras, lleva a cabo el mayor acto de xenofobia que haya ocurrido jamás en la Argentina.” Cito del texto: “-Ni gringos ni gauchos revoltosos -dijo-. Solamente argentinos de pura cepa.” [...] “Estás de suerte, indio. Te venís con nosotros -le dijo Moreno-. Vamos a matar gringos y masones”. ¿Qué significaba por esa época ser argentino? ¿Qué significa hoy? Términos parciales que se han hecho eco de opiniones de comunicadores como “la grieta”, ¿son factibles?. ¿No somos más como un cristal destrozado en muchas partes en diversos aspectos. ¿Por qué a Sarmiento en el “Facundo”, se le “soltaba más la lengua” al hablar de Rosas… Y sin embargo aclaraba o sea autoaclaraba que eran “la misma sangre”. Sangre se suele asociar con raza, y origen. El diccionario sobre xenofobia dice: “La xenofobia es el miedo al extranjero o inmigrante. Con manifestaciones que van desde el rechazo, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. A veces la xenofobia va unida al racismo, o discriminación ejercida en función de la raza.”

La pureza, la sangre...en algunos lugares de Europa se habla aún del “derecho de tierra o pertenencia”. 

A.L.-Contáme cómo se narra una matanza…

J.B.-Creo que el método adecuado es un in crescendo dramático en la progresión de los hechos que anteceden a la misma matanza. La expectación tranquila y sosegada que antecede al vórtice de la violencia, es un recurso que considera eficaz.

A.L.-Estás con un nuevo libro en la misma línea que “Tata Dios”. ¿En qué época acontece, dónde se ambienta, y cuál es su puesta en escena?

J.B.-Estoy escribiendo una novela cuya acción se desarrolla durante algunos meses del fatídico año de 1871 (el año de la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires). Es una suerte de prólogo extendido a la tragedia de las victimas de “Tata Dios” del primero de enero del año siguiente. Me complacen estas continuidades. El personaje principal es un hacendado porteño educado en Francia, amante del arte, y aficionado a las mujeres. El contraste entre la anterior vida desahogada del “diletante” y las penurias desencadenadas por “la peste” en Buenos Aires, me pareció el mejor coadyuvante para el desarrollo del drama que trato de reflejar en la historia.

A.L.-Tus preferencias e influencias literarias y de pensadores, tanto nacionales como extranjeros son… ¿Por qué?

J.B.-Pensadores o filósofos: Platón, Sócrates, Epicteto y Schopenhauer.

Escritores: Marcel Proust, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Giorgio Bassani, Ivo Andric, Ernst Jünger, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez y José Donoso, entre algunos de los extranjeros. Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Enrique Molina, entre los nacionales. Las razones de mi predilección son muy variadas (familiares, históricas, circunstanciales) y seria harto tedioso enumerarlas para el lector ocasional.

A.L.-Tus preferencias en cine nacional y extranjero son… ¿Por qué?

J.B.-En el cine extranjero, los directores Luchino Viconti, Andrzej Wajda y Lech Majewki, y por las mismas razones enumeradas en la respuesta anterior. En el cine nacional, el gran Adolfo Aristarain, Hector Olivera y Adrián Caetano.

A.L.-Tus preferencias musicales, compositores de referencia, nacionales y extranjeros serían…

J.B.-Richard Wagner, Richard Strauss y Gustav Mahler, por herencia familiar, entre los compositores extranjeros. Carlos Guastavino, Anibal Troilo, y el “Cuchi” Leguizamon, entre los compositores nacionales, y por diversas razones.

A.L.-Por cierto, andás contando una interesante historia sobre un tango, un autor, y una tragedia…¿Podrías repetirla acá? En La Plata, casualmente nuestro común lugar de origen, hay una excelente pianista de tango, (con cuna clásica), con la que intercambié palabras el año pasado en una entrevista. Se llama Paola Siervo, entre otras cosas recuerdo que me dijo que en un futuro pensaba en hacer bandas sonoras. La estructura formal de obras como “Tata Dios”, por su comunicación rica, veloz y económica como que se aproximan por vía natural al formato del guión. ¿Qué opinás al respecto?

J.B.-La historia relacionada a un tango es la de un pariente mío, Horacio Basterra (de seudónimo “Sanguinetti”), primo hermano de mi abuelo paterno y autor del tango “Nada”. Fue un escritor prolífico, y autor de muchos tangos celebres durante las décadas del cuarenta y el cincuenta (“Gitana rusa”, “Princesa de fango”, “Tristeza marina”, entre muchos otros). El final de su vida (murió en Uruguay en el año 1957), es algo borroso, pero está estrechamente vinculado a un episodio que Basterra vivió en Buenos Aires en el mismo funeral de una de sus hermanas, muerta de tuberculosis. Basterra, que había increpado a su cuñado, un militar que según la tradición familiar había maltratado a su esposa, sacó el revólver antes que su cuñado, después de un intercambio de insultos, y lo mato de un tiro. Según la tradición, poco después del crimen, Basterra fue a ver a Osvaldo Pugliese, del que era amigo, y éste, junto a Homero Manzi, Cátulo Castillo y algunos otros, habrían visitado a Perón para pedirle algún tipo de ayuda que aliviase la situación del asesino. Siempre según la tradición, Perón habría ordenado al jefe de la policía que “olvidasen” un poco a Basterra, para darle tiempo de poder cruzar hacia Uruguay. Ése es el resumen de la historia, y espero poder desarrollarla literariamente algún día.

Con respecto a la aproximación de “Tata Dios” a estructuras formales de planteo guionado, es probable que tengas algo de razón. Algunos amigos generosos, algunos críticos, y algunos lectores de la novela, me han indicado que la novela se adaptaría perfectamente al formato de una película. Es probable que esto sea verdadero, porque durante la ejecución de la novela tuve, en todo momento, la imagen de un “continuo” formado por acciones breves y contundentes, algo que acercaría a la obra al lenguaje más expeditivo y "económico" del cine.


Juan Basterra

Juan Basterra nació en La Plata, Buenos Aires, el 27 de junio de 1959. Es profesor de Biología. Su primera novela "La cabeza de Ramírez" fue seleccionada para la Antología bilingüe español-inglés "12 narradores argentinos 2015-2016", editada por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad De Buenos Aires. Publicó columnas en el suplemento La chaqueña, del diario "Norte", de Resistencia, Chaco, y en la revista virtual "Tardes amarillas". Vivió en París y Barcelona. Actualmente reside en Resistencia, Chaco.

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