Miguel de Unamuno en sus palabras, Coenobium




Resultado de imagen para miguel de unamuno

La religión y Dios

- ¿Distingue usted entre la religión y las religiones, entre el espíritu religioso común a todos los hombres en distintos grados y el espíritu confesional, limitado por los dogmas de un credo particular (...)?

- Lo que yo hago es una distinción entre mi religión y las religiones, aunque no vea muy claro mi propia religión. Lo que se llama espíritu religioso, común a todos los hombres, nunca es solo el espíritu religioso del que habla.


- ¿Ocupa Dios algún lugar en sus pensamientos? ¿Cómo concibe usted a Dios? (...) ¿Qué piensa usted de la oración?


-Es muy difícil, casi imposible, exponer cómo concibo a Dios. Cada vez que pienso en él le concibo de otra manera: siempre a su imagen y semejanza; soy yo proyectado al infinito; y como yo cambio, también él cambia conmigo.

En cuanto a la oración, es para mí una vieja costumbre, una tradición. Con ella y a través de ella me busco a mí mismo, busco mis raíces de infinitud.

- ¿Qué entiende usted por sentimiento religioso? (...)


- Para mí, el sentimiento religioso, o lo que así llamo, se resume en el sentimiento de la muerte y del más allá. Es el deseo, la necesidad más bien, de no morir, un sentimiento irracional. Para mí la religión es la parte necesaria de la irracionalidad. Yo tengo que ser eterno, con la razón, sin la razón o contra la razón. Eso es todo. Y hay que considerar que yo soy español.


La inmortalidad


- ¿Cuál es su posición espiritual con respecto al problema de la vida futura? ¿Concibe una supervivencia de la personalidad después de la muerte (...)?


- La cuestión de la vida futura es para mí el problema único. No hay otro. Yo no concibo la supervivencia de la personalidad después de la muerte; no puedo comprenderla de ningún modo, pero la quiero.

Es una supervivencia personal, concreta, material, si se quiere expresar así. Y no me consuelo con la debacle de la vieja fe de la Edad Media.

- ¿Qué relación hay, según usted, entre el dogma y la religión? ¿Es el uno la condición de la otra (...)?


- Hay dogmas que son sólo para la estética o para la lógica, para ultimar una construcción sistemática coherente. Y hay hay dogmas vitales. Un dogma vital es un dogma que hace vivir. Y para mí no hay más que un dogma que hace vivir, el dogma de la inmortalidad del alma, de cual se deriva el de la existencia de Dios. Dios es el garante de la finalidad humana del universo.


Ciencia y laicismo


-¿La fe y la ciencia son conciliables o no? Si lo son ¿cómo concibe usted esta conciliación?


- Desgraciadamente, no creo conciliable mi creencia y mi ciencia, pero me quedo con las dos, y vivo espiritualmente de su lucha recíproca. Afirmo con la cabeza lo que niego con el corazón y afirmo con el corazón lo que niego con la cabeza. Y esta contradicción es el manantial de una desesperación de la cual yo saco -aunque parezca una paradoja- mi esperanza.


- ¿Considera usted que la moral es o no es independiente de la religión? ¿Qué lugar ocupa en su vida moral la idea de sanción?


- Toda moral presupone una religión. Nunca se hace el bien por el bien mismo. Siempre hay una razón teleológica.


- ¿Cree usted que es viable una escuela sin dios? La escuela laica o , lo que es prácticamente lo mismo, la escuela desprovista de inspiración religiosa confesional ¿es menos apropiada para su misión educativa que la escuela confesional (...)?


- Lo que se llama escuela sin Dios no es en el fondo más que la escuela anti-Dios. Para mis hijos no veo cómo puedo reemplazar la fe a la que debo mi vida espiritual. Se puede dejar de creer, pero siempre aflora en el fondo la fe que se creía perdida. Otra cosa es renunciar a creer y empezar a no creer más. Hay ríos subterráneos.


- ¿A conservado usted intacta la fe de su infancia? Si éste es su caso ¿A qué edad y en qué circunstancias rompió usted con la confesión religiosa tradicional (...)?


- Si la fe de mi infancia está viva, no se puede conservar intacta. Mi crisis religiosa fue larga y muy dura y he sufrido hasta las lágrimas por ella. Mis estudios filosóficos y científicos me condujeron al fenomenismo absoluto - algo como las doctrinas de Hume y Stuart Mill- y después di un brusco viraje sentimental hacia el catolicismo. Creí entonces volver a la fe de mi infancia; ¡imposible! Como dijo uno de los nuestros, se pierde la virginidad de la fe para adquirir la maternidad de la razón. Pero quizás se puede permanecer madre y virgen. En este momento no sé en qué creo, solo sé que quiero creer.


Iglesia y estado


- ¿Cómo concibe usted las relaciones entre iglesia y estado?


- No son para mí un problema religioso, son una cuestión puramente política. Esta me interesa muy poco, y creo que les interesa poco a mis compatriotas, pese a lo que se diga. No hay más que leyendas sobre el estado actual de España, uno de los países donde se goza de una gran libertad de conciencia.


-Una pequeña autobiografía religiosa suya será, sin duda, lo que más cautive a los lectores del almanaque de Coenobium de 1912. 


-Me habría gustado mucho enviarles una breve autobiografía religiosa, pero es un trabajo un poco más difícil de lo que se cree. Hay cosas que no se pueden escribir sino con el corazón desnudo, y en estos tiempos de frialdad y escarnio hace falta ampararse bien. Le diré tan solo que padezco de cultura, die Kultur der Gegewart (la cultura del presente), que es un mal necesario. ¿Por qué no he nacido en el siglo XIII sobre el suelo de una pequeña aldea de mi país natal? 


Coenobium





No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.