Pajarito. Marcelo Rubio





Marcelo Rubio

¿Qué hacés acá, Pajarito? ¿Cómo se te ocurre venir a ésta hora y con ésta tormenta? Si, claro, pasá, pasá, peor es que te vea algún vecino y llame a la yuta. Estás empapado, Pajarito. Sacate la campera y colgala ahí. Sí, ahí, junto a la estufa ¿Te traigo una toalla? No, no es molestia, viejo. ¿Cuánto hace que pasó todo? Si, te escucho, contá que te escucho, estoy buscando una toalla buena, ¿viste? ¿Diez meses ya? ¡Qué bárbaro, cómo vuela el tiempo! Si no me das esos detalles te juro que pensaba que había sido hace un mes, un mes y medio. Acá tenés, Pajarito, secate. Que diluvio, nene. Justo hoy se te ocurre venir, mirá que hubo noches lindas, che. El miércoles hasta daba para salir en remera, pero hoy es para guardarse y no andar por la calle. No, Pajarito, entendeme, no me incomoda que estés acá, para nada. Pero seguro viejo, seguro. Contame cómo estás. ¿Querés café? Ya está listo, le pego una calentada y está para tomar. ¿Azúcar? Ja, te estás cuidando Pajarito. Si, tengo edulcorante, pero líquido. Mirá vos, che, quién diría. Y yo con algunas cosas me tengo que estar cuidando. Pero vos sos joven, ya, a mi edad, ¿viste? Claro y los doctores te prohíben todo, las minas, el chupi, el cigarrillo, menos los amigos. No te rías, Pajarito. Claro que somos amigos ¿A caso no te abrí la puerta? La verdad, cuando te vi no lo podía creer. Y sí, muchos pensamos que te habías ido. ¿A dónde?¿Qué se yo? Al Paraguay, ponele. Claro, como vos siempre hablabas de tus parientes de allá, no era nada raro. ¿Acá? Por acá te buscan todos. Tomá el café, está rico, te va a calentar las tripas. Con éste frío y ésta lluvia te puede dar pulmonía. No tengo pilcha que te vaya a quedar bien. Mirá, con ésta buzarda, los pantalones te bailarían. Además a vos siempre te gustó la buena ropa, de marca. No, Pajarito, no te esquivo la charla. Sabés que yo siempre “musarela” ¿Qué?¿Qué querés decir, Pajarito? Acá vino la cana preguntando por vos. Sí, la Federal y la de Provincia. Los rati están como locos. Saben que fuiste vos. ¿Quién otro? No, ninguno piensa que hayas tenido un cómplice. En el barrio tenés buena fama, che, para algunos sos como un Robin Hood, bah, un héroe, porque vos los morlacos no los soltaste nunca. Ni uno. Ja. Pajarito, Pajarito, la que te mandaste. Si, los mexicanos también vinieron ¿A vos qué te parece? Le pusieron precio a tu cabeza, Pajarito. Y… bastante. Calculá ¿Cuánto les caminaste? No, no lo tomés a mal. Ya sé, ya sé, es un tema tuyo, no es para que te pongas así, Pajarito. Bah, tuyo solo no, de ellos también Ja. Pajarito, no les importa como estás vos, ellos quieren lo que te llevaste. Te cuento para que sepas. Los mexicanos que vinieron fueron siempre los mismo. Sí, vinieron varias veces y siempre los mismos dos. Es muy posible, tal como decís vos. Y, el contacto con la cana lo tiene seguro, seguro. ¿La poli? Viste como son, pesados, pesados. Se les mete algo en la cabeza y no van por las buenas. Ja, ja, Pajarito, claro si son polis tienen el marote vacío, ja, ese humor ¡Qué bueno que no lo hayas perdido! ¿Vos sabés la bola que se corre? ¿Cómo, cuál? ¿Viviste en un huevo todo este tiempo? Parece que los mexicanos y los comisarios. Exacto, vos lo dijiste. Si, entre ellos se dicen socios, si fuésemos nosotros, nos dicen cómplices. Igual, a fin de ser sinceros, hay diferencia entre los mexicanos y la policía. Unos te proponen varios billetes si le das información y los otros te prometen una paliza si no contás lo que sabés. Claro. Pajarito, mirá que venir justo hoy, che. ¿Si yo soy capaz de venderte? Y, pensá un poco, no duele ¿Más café? Yo me voy a tomar otro, total. Si, sé muy bien que hay varios que dicen que soy buche de la policía ¿o no?¿Y vos que crees, Pajarito? Dale, pichón, larga todo, dale. A ver, por ejemplo cuando me demoré buscando la toalla ¿podría haber llamado a la poli? Tenés razón, o a los mexicanos que ofrecen mucha plata. ¿Te dije cuánto? Fácil, diez por ciento de lo que te llevaste ¡Cómo te cuesta la matemática! Ja. Mucha guita, Pajarito, ¡mucha! Estamos hablando que laburando honestamente y deshonestamente, al mismo tiempo, no podría juntar toda esa moneda ni en veinte años. ¿Y vos, Pajarito, cuánto ofreces para esta boca cerrada? No, Pajarito, por esa plata no guardo el revólver con el que te estoy apuntando bajo la meas ¿No lo viste? Si, justito a tus pelotas. Un bang y despedite de ese pedazo inútil de carne que te cuelga entre las piernas. Ni se te ocurra, Pajarito. Tu pistola está en la campera que dejaste junto a la estufa, la estoy viendo asomar. Mirá bajo la mesa. Dale ¿Lo ves? Siempre fuiste medio pavote. Bah, mejor dicho: Inocentón. Porque inteligente sos, sino jamás hubieras podido joder a los mexicanos y a la policía. Pero venir acá, eso si fue estúpido, Pajarito. No entiendo cómo no te fuiste al Paraguay a cualquier lado. Quedate quieto. Si te movés te vuelo las pelotas de un tiro. A las minas no les va a importar, total con ellas no la usas ¿No? Todo bien, Pajarito, pero que te gusten los pibitos,

Pajarito, Pajarito. Das asco ¿Te acordás del hijo del Turu? No te hagás el salame. El pibe hace un tiempito contó lo que le hiciste. Ahora, para que vayas entendiendo, no todo en la vida es cuestión de plata. ¿Le tenés miedo a la cana, a los mexicanos? Tenele terror al Turu. Cuando te agarre te arruina para siempre. No, Pajarito, no. Vos metiste la pata solito, no te empujo nadie. Cuando golpeen la puerta y yo diga entren, te pido, te ruego que seas amable y digas dónde está lo que te llevaste. ¿Después? El después tuyo ya no es historia mía.



                                     

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