Luis Esteban Torres. Poemas.



Luis Esteban Torres

l. e. torres Poemas

Reseña

Su nombre es Luis Esteban Torres, nace el 20 de julio de 1986,-diríase en un constante rompimiento del florero de Llorente- oriundo de Copacabana, un pueblo cerca de Medellín. Este dejo hace tantas cosas y a la vez no hace nada ni quiere hacer nada, pues ya con sólo ser y sentir y soñar es mucho. Lo extrajeron del vacío y arrastrándose va hacia el vacío, escribiendo delirios que son intentos de poemas o que son un crimen al querer plasmar lo que por natura es fugaz.
Sin diplomas ni medallas ni palmaditas en la espalda, sólo con el rugir de las fábricas incrustado como una lepra iluminada; sólo con un par de amigos y mucha sed de misterio y obsesión, arde este infame como si fuera el sueño de otro en él o como si fuera la fuga de sí mismo: ¡Rútila Decadencia!... y así, hasta que pueda lograr lo sublime y lo iluminado: que es el SILENCIO.


Poemas


Estación de Trenes Mitre

Un amputado pasa en muletas comiendo pan…
larvario de mácula y de humareda manifiesta
en acentos dejando vil floribunda en la baldosa
colérica noche segregando por la herida de los ojos

Un amputado pasa en muletas comiendo pan
y migas d’entraña: hígado increpitante de Dios
exprimido desde siempre tal sus uvas bucólicas
a cáliz lleno el fango de su cicatriz inmarcesible

Un amputado pasa en muletas comiendo pan
y él es nuestro muro sombrío de los lamentos
que’n lo eterno del instante nos acerca a su hórrea

mutilación / a su putrescencia que abre y cierra llagas
de vinagre paladar y de juagadura de muerte:
¡Tanto de nosotros crucificado en dos viejos palos

que nos dejan atrás como asquerosos mendigos…!

Buenos Aires





“Defiendo lo que soy”
Pedro Lemebel

“Todo ángel es terrible”
R. M. Rilke

Y sin embargo
cuánto amor hay en el desprecio
y cuánto desprecio en el amor…

                                         Oh vida
ya va cayendo de la altura
la esfinge que nos representa:
Ráfaga de luz hacia la luz
que traspasa y enceguece la tierra estéril

Qué es lo que aguardan los viudos y los huérfanos
bajo el umbral del símbolo?
Qué susurran –clavados a la culpa-
                        detrás de nuestro incendio?

Hay acá en la exactitud una bestia
devoradora y tremebunda
vorágine, molinos espesos
-Oh rabia, beneplácito, oh nervazón:
                       Toda la tormenta del animal-hombre

Un silencio oscuro revela
los grandes sellos en la sangre enterrados
y una música de toros y violines
flamea en las íntimas lujurias del sueño

Hipócritas!, sepan que la Substancia ya llegó
comió, bebió, azotó a sus esclavos
palpó las raíces tiernas del universo
y siguió remando hacia la constante incertidumbre

Qué es lo que aguardan…?
Qué gimen, qué aúllan cuando nosotros somos
pórtico, pecho en ebullición del asesino y de la víctima:
la sentencia de todos los costados
en una misma úlcera primordial y buenamente…

Qué mascullan estos sepultureros
                            disfrazados de parteras…?
Qué veneno escupen…?
Qué blasfeman ante el ascenso
inevitable y arrebolado de mi palabra:
                      -Aleteo / Ráfaga de luz hacia la luz?

Y sin embargo     –Oh tierra estéril-
cuánto amor hay en el desprecio
y cuánto desprecio en el amor…

AGITATO



El Amor no es herida efímera
Me llamas y acá estoy…
¡entonces sé valiente y pulverízame!
que tu beso derrumbe el símbolo del beso
que me desnude de sombra
que arranque la nostalgia de mis ojos
Hazme real –mujer-
pues el Amor no es herida efímera
brinda mayor sentido al sentido
cólmalo de acto y cercanía
y enséñame los misterios de la carne
desde el fluir indetenible de tu entraña

Willliam Blake intenta el recinto del Ángel

Esferas de color azul ceniza
El arroyo de viento
hácese honda invocación
al cruzar los intersticios de la hoja
Pájaro-seis-ala de vuelo plateado
Flores bermejas que penden
que rompen su mismo bálsamo
Silencio perfumado de fuego

La quietud…

                          Contorno
en abstraído deslizamiento
no danza color azul ceniza

                    La quietud mientras
clamor y canto-la fuga-hombre
en inclinada, en incipiente duermevela
de inmaculado intento/


Bajo el perfume de los ciruelos
Pero que no nos dejen amargos
-a oscuras-
con este luto suspendido!
Liseth Víctor don Manuel
que nos digan la verdad de todo esto
aunque sea una pordiosera sílaba!

Tiempo que se llueve en carmesí
centelleo de frondas bajo frondas
trompetas del astro
que nos socavan la úlcera viviente
el zumbido que relampaguea murmullo
hacia el misterio
y la gran exhalación / y el fluir de lo tembloroso
en su misma verde melodía

Que nos digan la verdad de todo esto!

Ángulo abandonado
polvo-niño-piedra gimiendo a mares
y el progreso del escorbuto-hombre:
carnicería vertical-horizontal / hambruna anímica
motor y muerte / muerte y motor
sangre explotada y derramada

Pero que nos digan la verdad de todo esto!

Otra vez se escapa la luz
otra vez se cierran las compuertas: El Himno Sublime
y la profundidad del crepúsculo
guarda iluminado silencio/


¡Buenos Aires!

“Me verás caer por la ciudad de la furia
donde nadie sabe de mí…”
Gustavo Cerati

A Nelson Da Rosa
Y Fernando Ceco

                                                        Salomé
padece tu llaga, la raíz criminal de tu llaga
despliega el perfume de tus abanicos
tus astros y escudos de tierra fértil
no maldigas al condenado
sino que destruye la gangrena de su infierno

                                           Una mujer abre
el sexo de sus golondrinas al mundo
-lengua del dolo-
                           la metal luminosa de sus ojos
abjurando de la existencia
yugulando puente-silencioso hacia el llanto
                                                      Dios mío!
Unos duermen en las bancas del parque  
otros fuman todo tipo de mierda
unos más se alcoholizan hasta perderse
Oh Ciudad Sepulcro!       Oh Buenos Aires!
Vuelve tu esplendor y consuela a tus hijos descarriados
no los dejes en la putrescencia de tus anillos

Una mujer abre el sexo…
l’enfer / l’enfer: la brasa muerta de tu espíritu
                           en el gemir a flor de labios
                  al sexo impúdico de tus golondrinas…
Basta, Rincón de Babilonia, ya basta! 
No te ocultes tras tu obelisco
                                  tras tus tangos
                                        tras tus muros europeos
estos cirujas, estos parias que gargajean
su no-ser macabro desde Corrientes hasta
los basureros de alguna villa también te pertenecen
son obscuros porque el demonio de su vicio
                                   es tu larga sombra y tu cruz

escucha cómo imploran sin implorar
cómo sollozan desde tu sepulcro
cómo se revuelcan niñamente en la miseria  
en una desesperación sin bordes, sin sílaba
en un ir dando tumbos, desparpadados, sin ojos
astillados –oh madre-, música destemplada
                                         música, locura parásita

                      Oh Salomé!
Siente la raíz criminal, infecta de tu llaga
mira por sobre tus espejismos
y no maldigas al condenado
sino que destruye la gangrena de su doloroso infierno
pues no solo de techo y pan vive el animal hombre!

Feb. 2019


l. e. torres


El silencio. Ingmar Bergman



                                                             

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