Pangea, especie divergente (1). Alejandro Leibowich


"La vida no imita al arte". Daniel Richter

“Sólo había dos cosas que me interesaban. Una era la filosofía y la otra el arte. Y como no tenía la disciplina suficiente como para dedicarme a la filosofía, sólo me quedó el arte".

Daniel Richter

La vida no imita al arte.

Alejandro Leibowich

-Te llaman a vos… Deben ser tus parientes con plata…

-No, es que no sabés, Mariel. El tipo estaba siempre al límite, vivía así.

La cocina a veces en un lugar placentero. Con plantas, aunque sean pocas y en la ventana. Me gusta cocinar. Tengo dos audios. Ayer puse un viejo disco de Patti Smith. El ruido del choque. Los tenedores, los cuchillos, el metal. Imagino las chispas en el choque. Debo ser malvada, definitivamente.

-¿Viste lo que salió en la televisión? Apareció colgado en el baño, en el caño de la cortina de la bañera. En Melbourne no hablaban de eso.

-Como buen pirata deberías saber. Los barcos civiles no permitían mujeres.¿No era de mala suerte?

-Los nombres sin embargo, contradicen eso. Estaba azul, azul como esa mesada que trajeron los coreanos. Azul francia. Ja. ¿La muerte es divertida? La muerte se muerde a sí misma.

Teniendo a mi mamá en Marseille, y dos sobrinos en Toulouse, estoy realmente en dos realidades. El ruido es algo que oculta.

El enmascaramiento de algunas de ésas, debía de esconder su sonambulismo. Los vidrios rotos, Elvis sonando en medio de la nada, como si fuera un mantra automático a monedas, (una rockola mental), que dirimiría todos los pasados. Actuando como un representante, un viajero, un guía. Y al fin es sangre… Mariel tiene los pies romos.

-Lidia no vino, y no se hizo la limpieza, ¿quién estuvo por el pasillo con un trapo? ¿Ahora limpiás vos?… Basta, me cansé, salgo un rato. No puedo respirar y estoy harta. ¡No me aguanto ni a mí misma!

Esto de toser está mal, ni siquiera para parecer importante. Llamó Walter, creo que es su segunda llamada. De espera dejó un ringtone en el que suena la “Giovinezza”. Es un tipo divertido. Aunque ser divertido no me dice gran cosa, menos lo adjetiva como confiable. Había visto esas dos fotos en que estaba con la rubia mendocina y una de Ringuelet que el tiempo se encargó esfumar.

-Clara estaba ahí, estaba ahí.

La mendocina. Pero fue hace mucho tiempo. ¿Y qué tiene que ver una muerte en Melbourne, la televisión y la pizza precocida con todo eso?

-¿Cómo estás Mariel? ¿Qué vas a llevar?

-Me olvidé la cartera y no estoy usando la tarjeta. Está todo tan complicado, zut.

-Tranquila, yo lo hablo con Axel. Por cierto te queda muy bien ese vestido. ¿Por qué no tienen hijos?

-Mario, dame tres kilos, y paso por la panadería.

No puedo dejar de escuchar el choque de metales, simplemente no puedo…

-Debo entender que te gustan los nenes… me refiero a los bebés.

-Claro, ¿cómo no me van a gustar? Axel me tiene podrida con las noticias de Melbourne.

-Ah, el ahorcado… fue en un hotel, dicen. Pero te preguntaba, ¿te gustaría tener bebés?

-Las cosas privadas hablenlas entre ustedes. No seas pesado.

Mario cortaba un pescado, le quitaba la piel, las espinas. Usaba un gran cuchillo que relucía con los reflectores nuevos.

-Si querés te hago uno.

-...Esto no se queda así. Sos un irrespetuoso, además de atrevido. Y estoy de muy mal humor. Se van a enterar, se va a enterar…

-¿Qué, acaso me estás grabando?

Erica tenía dos celulares, nunca supe a cual llamar. Nunca atendieron por cierto.

-What’s up! I’m only sleeping…

-Tremendo hijo de puta del gerundio.

-Sí, está más muerto que los muertos. En el hotel por cierto no dieron grandes detalles. Los obituarios en todo caso suelen ser formales. Además hoy se cuida mucho la imagen, incluso se debería morir usando traje, corbata y con una sonrisa.

-Jaja. Estoy perdiendo la señal… ¿Qué hace Mariel? ¿Cocinando poison avec pomme de terre?

Decí que las palabras no estás escritas.

-Esperá que bajo el volumen del televisor.

Poisson…(ruido) terre. Lo que es escuchar mal y fragmentado. Lo que es un maldito inconsciente. Su padre era muy lector, dicen que leía tanto que se quedó ciego. La ceguera para muchos en la antigüedad era sinónimo de sabiduría absoluta. Ya todo lo sabían. Había vidrio y sangre en el piso.

-Axel, Mario es una basura, me trata como a una cualquiera.

-¿De qué estás hablando? Esperá que me fijo algo en diario local de Melbourne. Ahí está, más amarillistas no pueden ser… “Él fue el Taj Mahal del sexo, y no podía pensar que moriría de otra forma. Dijo a la prensa local Belén Fleischer. Una argentina, natural de Entre Ríos, que vive hace dos años en Sydney. Es la última pareja que se le conoce. Sale en estos momentos de un hotel en las afueras, con su amiga Clara… También argentina, de origen mendocino".

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